Por Juan Tomás Valenzuela
Los toros de una corrida
que se realizó en el este,
salieron de modo agreste
por la primera salida.
La gente, despavorida,
se vió en una 53,
en que el toro bravucón,
junto a sus dos edecanes,
despropiciaban desmanes
contra nuestra población.
Huyéndole a la embestida
de este fornido animal,
el desconcierto era tal
en la travesía suicida,
que yo me acordé del MIDA,
del extinto Augusto Lora,
“Candidato de la Chora”,
como le decía la gente,
quien corrió junto a su gente
cómo están corriendo ahora.
El fornido semental
(más cornudo que Leonel)
me recordó a este lebrel
y a su turba electoral.
Augusto quiso probar
suerte en los años ‘70,
y era tan mala su venta
como es hoy la de Leonel,
quien piensa que va a volver,
aún sea por su propia cuenta.
Las calles de la ciudad
se vieron enrarecidas
con la trifulca ofrecida
por la tauromaquidad.
Fue divertido, en verdad,
aunque también peligrosos,
ver los toros magestuosos,
más cornudos que Leonel,
manifestar su poder
frente a un pueblo venturoso.
Juan de los Palotes
9 mayo 2022